En estos últimos años las personas que sufren patologías intestinales ha aumentado considerablemente, tanto es así que se estima que el 11% de la población padece alguna enfermedad de Síndrome del Intestino Irritable (SII) o Intolerancias, entre ellas la intolerancia a la fructosa.
Es por esto por lo que he creado esta entrada en el blog, para poder aportar algo de luz a las personas que padecen intolerancia a la fructosa. ¡Continúa leyendo si crees que puede servirte de ayuda!
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La intolerancia a la fructosa es una patología que se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para digerir adecuadamente la fructosa, un tipo de azúcar natural que se encuentra en frutas, verduras y alimentos ultraprocesados (sobre todo en aquellos con azúcares añadidos).
A diferencia de la alergia alimentaria, la intolerancia a la fructosa no implica una respuesta inmunológica, sino que es causada por una enzima insuficiente en el cuerpo. En otras palabras, la intolerancia a la fructosa se produce por un fallo en el mecanismo de absorción de la fructosa en nuestro intestino y no por una activación de nuestras defensas.
Imagen sacada de Krause Dietoterapia Edición 14
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No hay un único motivo que pueda producir la intolerancia a la fructosa. En niños se puede dar esta intolerancia por una inmadurez del tubo digestivo, lo cual tiene como consecuencia una menor expresión del transportador de fructosa (llamado GLUT5) expresado en la membrana de las células intestinales.
Por otro lado, en niños y en adultos, la malabsorción a la fructosa suele ser secundaria a otra patología sin diagnosticar o bien, sin tratar, como pueden ser: enfermedad celiaca, insuficiencia pancreática, sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), malabsorción de ácidos biliares, infección por Helicobacter Pylori, parasitosis, enfermedad inflamatoria intestinal (Crohn, colitis…), enfermedad de Whipple, resecciones intestinales, problemas tiroideos, entre otras.
En ningún caso debemos confundir la malabsorción a la fructosa (la que hablo en este artículo) con la intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF), ya que ésta es el resultado de una deficiencia o ausencia en la enzima hepática fructosa-1-fosfato aldolasa hepática (también conocida como aldolasa B). Se diagnostica durante los primeros años de vida.
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Para obtener un diagnóstico este se puede realizar mediante distintas pruebas aunque las más utilizadas, suelen ser los test de aliento de metano e hidrógeno aspirado, tras la toma de 25 a 50g de fructosa.
Hay personas que producen principalmente metano en lugar de hidrógeno, por lo que una prueba de aliento con metano puede ser más apropiada porque las pruebas específicas para hidrógeno pueden dejar sin detectar la malabsorción.
Además, es imprescindible que la persona realice correctamente la preparación previa a la prueba para que esta nos dé unos resultados verdaderos:
La prueba consiste en tomar distintas mediciones: se empieza con una muestra basal y se procede a tomar muestras cada 30 minutos. La prueba tiene una duración aproximada de 4h (variable según laboratorio e indicación médica).
Si aparece una elevación del hidrógeno aspirado mayor a 20ppm, o bien una elevación del metano mayor a 10ppm, se puede considerar que el resultado es positivo.
Además de las mediciones del metano (CH4) e hidrógeno (H2) se valorará la sintomatología presentada por la persona durante el examen.
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Debes saber que los síntomas presentes en la malabsorción a la fructosa varía mucho de una persona a otra ya que cada persona es un mundo en esta patología. No obstante los síntomas más frecuentes suelen ser: dolor abdominal, náuseas, vómitos, ruidos intestinales, distensión abdominal (hinchazón), diarrea (suele ser explosiva), estreñimiento (menos frecuente).
Debes tener en cuenta que si se mantiene esta situación durante mucho tiempo, pueden aparecer otros problemas como déficit de algunas vitaminas y minerales, conducir a alteraciones en la microbiota intestinal, aumentar la permeabilidad intestinal y/o producir inflamación a nivel sistémico.
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El objetivo del tratamiento médico y nutricional tiene que estar enfocado en buscar y tratar el problema desde la raíz, es decir, buscar la causa principial que produce esa malabsorción y ofrecer una solución.
En lo que respecta a la alimentación, debemos tener una pauta dietética adapta a nuestro caso, pero siempre baja en fructosa, donde al principio, los alimentos con alto contenido en fructosa estarán limitados y que posteriormente podremos ir volviendo a reintroducir según la evolución de la persona, valorando siemore la tolerancia.
Recuerda que el objetivo del tratamiento nutricional es intentar que el paciente pueda amplar al máximo su alimentación, haciendo que sea lo menos restrictiva posible dentro de sus limitaciones por la intolerancia.
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Si padeces Intolerancia a la Fructosa puedo ayudarte:
Cuando hay intolerancia a la fructosa se debes seguir una dieta limitada en fructosa, así como en muchos casos, otros tipos de FODMAP (azúcares fermentables que nos puedan producir sintomatología). Es de gran importancia ponerte en manos de un profesional especializado en el tema para que pueda ayudarte a valorar tu grado de tolerancia y poder guiarte con el fin de seguir una alimentación lo más variada posible (dentro de las limitaciones que este tipo de pauta presenta) y te guie con la reintroducción de alimentos.
Si tienes esta intolerancia y no sabes por dónde empezar ni qué comer, te puedo ayudar ofreciéndote una dieta personalizada que mejore tu calidad de vida y sintomatología.
Te dejo mi contacto, también puedes poner un comentario abajo si tienes cualquier duda, contestaré lo antes posible.
Estaré encantado de ayudarte
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